Actitud personal frente a la vacunación en España

Este análisis se ha elaborado con un cuestionario respondido por 1.138 personas. Se trata de un cuestionario que no es ni aleatorio ni es representativo. En el anexo muestro los sesgos principales del perfil de la muestra.

Los resultados generales hay que tomarlos por lo tanto como meramente indicativos, y no voy a ponderación de factores para intentar reducir sesgos.

Mi planteamiento más bien es sacar el máximo rendimiento de esta muestra no representativa por dos vías:

  • Análisis por factores individuales
  • Análisis de perfiles comparados de las distintas actitudes personales frente a la vacunación.

Voy a ir publicando los resultados «a plazos», porque cuento ahora con disponibilidad limitada de tiempo y de medios técnicos.

La edad

Perfil de edad de los que han respondido al cuestionario. La muestra no es representativa de la estructura de edad de la población española, porque tiene presencia desproporcionada de la franja de edad 40 a 49. Se reduce drásticamente la presencia de respuestas de personas de más de 70 años. Afortunadamente no es un factor limitante, porque el porcentaje de vacunación completa en esa franja de edad es del 99%: ya sabemos la respuesta y actitud de ese grupo de edad. Queda también muy reducir la presencia del segmento de los de menos de 20 años. Buena representación del resto de grupos de edad.

Ahora presento el resultado principal, aunque pertenece a los datos sujetos e influidos por los sesgos de la muestra: situación y disposición vacunal por tramos de edad. Lo que creo que es valioso de este resultado es que combina lo que ya sabemos, el porcentaje de personas vacunadas en pauta completa o con una de las dos dosis, por tramo de edad, junto con la incógnita a despejar en las próximas semanas: la disposición a completar el proceso de vacunación por franja de edad, especialmente entre los de menos de 40 años, que son los que están con el proceso abierto.

El resultado de la encuesta es apabullante, y es tremendamente esperanzador para los que vemos que la vacunación masiva juega un papel esencial para el desarrollo de la pandemia en España: el rechazo a la vacunación es totalmente marginal en todas las franjas de edad pendientes de vacunar, siempre inferior al 10%.

El sexo

En la muestra hay una sobrerrepresentaciónn de personas de sexo masculino, el 65%, por lo que el 35% es de personas de sexo femenino. Es otro de los resultados de los sesgos de la fuente en la que se ha generado el cuestionario: Twitter, que es una plataforma predominantemente masculina, al igual que me base de seguidores.

Los resultados de la muestra indican que el sexo no es un factor diferencial relevante en el grado de aceptación de las vacunas. El grado de rechazo completo a la vacunación es ligeramente superior en sexo femenino (1,3% frente a 0,8%), pero queda en el rango de diferencia todavía no significativa.

El porcentaje de gente con pauta completa es significativamente mayor en sexo femenino (80%) que en masculino (68%). Eso se debe simplemente a que el perfil de edad de la muestra es más joven en personas de sexo masculino (39,1 años) que femenino (42,6), por lo que en los primeros hay más personas en proceso o en espera de vacunación. La distancia desaparece porque en ambos casos un fantástico 96% afirma estar vacunado o en disposición de vacunarse.

La ideología

Según el CIS, la autoubicación ideológica media en España se sitúa en los últimos 5 años entre 4,4 y 4,8 (fuente), con valor 1 para izquierda y valor 10 para derecha.

Los datos que salen de mi muestra están escorados a la izquierda con respecto a la media nacional, porque la autoubicación media es de 4,0. 15 personas no manifiestan su ideología. Por los resultados sugiere que se sitúan ,más a la derecha que la media.

El escoramiento a la izquierda de mi muestra se debe a una presencia mucho más alta en posiciones 2-3 que la media española real, en detrimento de posiciones 5, que es mucho más alta en la media española. En cambio, las posiciones más a la derecha (8-10) son comparables en su conjunto.

Los datos del cuestionario indican que la ideología sí que ejerce una influencia en el grado de aceptación personal de la vacuna. Las personas posicionadas a la izquierda (1 a 4) muestran una adhesión casi total a la vacunación: entre vacunados con pauta completa y los que planean vacunarse cuando les corresponda, se suma al 98,2% de los encuestados. Baja al 96,5% para las personas que se sitúan en el centro derecha (5-6), porque la duda ante la vacunación sube al 3%; pero el rechazo directo es totalmente marginal, en el 0,4%.

Tanto la duda como el rechazo sube en las personas que se posicionan a la derecha. en la franja 7-8 el 85,2% tienen claro que se van a vacunar, y en la franja 9-10 baja al 78,%. Pero incluso en esas franjas, el rechazo frontal a la vacunación está por debajo del 10%.

¿Qué información se puede extraer de los datos de la muestra con respecto al papel de la ideología en la vacunación en España?

En primer lugar, que sí que juegan un cierto papel, y el eje es izquierda-derecha en el grado de adhesión personal a la vacunación. En segundo lugar, y mucho más importante que el primero, es que en España el rechazo ideológico juega un papel menor. Incluso entre los más escorados a la derecha, la inmensa mayoría se ha vacunado o planea vacunarse. Además, el freno está más en forma de duda que de rechazo frontal. Los datos de vacunación de las personas de más de 70 años muestran que esas dudas se han desvanecido en esos grupos, favor de la vacunación.

El sesgo del escoramiento a la izquierda de mi muestra no genera grandes problemas de extrapolación, porque el déficit de mi nuestra está en las personas que se posicionan en 4-5, pero en el gráfico de detalle por niveles ideológicos se ve que su adhesión no es mucho menor que la de los de 3, que es la que está sobrerrepresentada en mi muestra.

Queda finalmente el posible riesgo de las personas que me siguen en Twitter, que independientemente de su posicionamiento ideológico, pueden tener mayor adhesión a la vacunación que la población española. La duda sólo se puede resolver haciendo una encuesta sistemática representativa y aleatoria de la población española.

El leve papel de la ideología en el grado de aceptación de la vacuna es afortunadamente eso, leve, muy leve, y eso hace que no se convierta en debate público manejado desde plataformas políticas. Por contraste, en otros países ha entrado de ello en la batalla política, hiriendo así de muerte la capacidad real de protección vacunal completa de los grupos vulnerables. Estados Unidos es el caso extremo de esa politización. Tal como se muestra en el gráfico con datos de vacunación de junio de 2021, en los condados con menos de 20% de votos para Trump en las presidenciales, la tasa de vacunación estaba por encima del 60%, mientras que en los que votaron más del 80% por Trump su tasa de vacunación es inferior al 30%. Poblaciones enteras desprotegidas para hacer frente a la resurgencia de contagios por la expansión de la variante delta.

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